Las demos son el equivalente al CV de un locutor, por eso es importante dedicarles tiempo y recursos para prepararlas. Desde nuestra experiencia, recomendamos que cumplan algunas características para que consigan la mayor calidad posible y te den más oportunidades de trabajo.
En cuanto a calidad técnica, lo ideal es grabarlas en un estudio o con calidad de estudio. En caso de conectar directamente con un cliente, es recomendable tener una demo sin música para que pueda apreciar la calidad técnica que puedes ofrecer en tu grabación y enviar las demos grabadas en tu Home Studio.
La duración de las demos debe ser inferior a un minuto. Para esto, lo ideal es tener cada demo en un archivo, no un único archivo de 3 minutos con todas las demos juntas. Es preferible mandarlas en formato mp3.
Para enviar las demos a un estudio, piensa en ofrecer todas las facilidades que puedas. Preocúpate de nombrar las demos bien, nosotros recomendamos que pongas tu nombre y el estilo de la demo, por ejemplo: Martín Martín Profundo. Hay locutores que escriben su número de teléfono en la demo, pero esto no es necesario si dejas toda tu información clara en el correo y adjuntas un documento con tus datos. Preferiblemente no mandes una carpeta comprimida ni nada que de un trabajo extra.
Si tienes página web, tus demos deberían estar muy accesibles y con la opción de descarga fácilmente localizable. Además recomendamos poner tu información muy fácil de encontrar. Cuanto más visual sea, mejor.
Los tres estilos que recomendamos que tengas siempre son publicitario, natural e interpretado. Además de estos, está genial tener otros estilos, como tirado, amable, sensual, profundo… Elige la música con cuidado de que no se coma la locución.
Se honesto. Una buena demo tiene que demostrar la calidad artística que puedes ofrecer realmente en una sesión. De modo que deberías pinchar lo menos posible al hacerla. No tiene sentido hacer un frankenstein y que quede una demo perfecta, si en sala no puedes dar eso.